Esta es una pequeña reseña de una de las noches más rockeras que me tocó vivir en esta ciudad de Río Cuarto, lugar que es cita obligada de cuanta banda hitera y radial anda dando vueltas por el país, pero que no siempre sabe abrir la cabeza a propuestas nuevas o con poca difusión. La gran banda que hizo realidad esto es Gran Martell, pero vamos a empezar desde el principio,
Tocaron como teloneros dos bandas de propuestas bastante disímiles (que a mi humilde parecer no armonizaban con la banda principal). La primera banda (de nombre: “Una Banda”?) a pesar de no tocar mal (o sea que no son malos músicos) los temas estaban descoordinados, parecían una cosa y arrancaban para cualquier otro lado, no se sabía si era experimentación o que faltaban ideas y la fonética del cantante pésima (un ingles de mierda). El estilo debía su influencia al rock setentoso...
Los “Anímica Lunar” hay que reconocer que son otra cosa, sorprendieron con un estilo que debe mucho al primer spinetta y suenan muy bien en vivo los cuatro integrantes de esta sólida banda, aunque según mi co-equiper Daniel si metían un tema de Luis Alberto en el medio no nos dábamos cuenta... otra observación: el cantante con anteojos y whisky en la mano parecía una recreación de Gran Luis Almirante Brown (versión riocuartense por supuesto)
Cuando los Gran Martell subieron al escenario con Tito Fargo (ex Hurlingham Reggae Band y los Redondos) en guitarras, Gustavo Jamardo (ex Porco) en bajo y voz y el inolvidable Jorge Araujo (Ex Divididos) el galponcito de Lulú explotó con esta banda power trio con furia, mucha psicodelía y rock progresivo en su justa medida, una voladura de cerebro atómico, un golpe certero en la cabeza. Según los comentarios típicos, hacía falta rock en estas tierras con tanta banda pinchila
Notas finales:
1) El público (no mas de 100 personas) en su gran mayoría parecía salido de una previa de Casa de Piedra o un partidito de Uru Cure.
2) El recital empezó tipo tres menos cuarto y termino a la cuatro de la mañana, nos quedamos con muchas ganas de más...
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